Hab­lar y apren­der del Eco­fe­mi­nis­mo, una urgencia

By Published On: Sep­tem­ber 9, 2024Cate­go­ries: Eman­zi­pa­ti­on, Öko­lo­gie & Nachhaltigkeit

(Cuba­in­for­mación: 11.06.2024)

Cada vez son más y diver­sas las voces que, des­de el Eco­fe­mi­nis­mo abo­gan por com­promisos, accio­nes, polí­ti­cas y cam­bi­os en favor de la exis­ten­cia armó­ni­ca y sos­teni­ble con la natu­ra­le­za. Pos­tu­ras que nece­si­tan cre­cer y exten­der­se tam­bién en Cuba.

Así lo enfa­tiza Lizet­te Vila, rea­liz­ado­ra audio­vi­su­al y direc­to­ra del Proyec­to Palo­mas, casa pro­duc­to­ra audio­vi­su­al para el acti­vis­mo social. En ese cami­no nece­sa­rio, un paso ha sido empe­zar a impul­sar el inter­cam­bio sob­re los pre­supues­tos y prác­ti­cas femi­nis­tas en este cam­po, asegura.

Bajo el títu­lo de “Diá­lo­gos eco­fe­mi­nis­tas”, Vila moderó un panel en la últi­ma edi­ción deI Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de Cine y Medio Ambi­en­te del Cari­be, Isla Ver­de, que se rea­li­zó a fina­les de abril en la Isla de la Juventud, al sur de La Habana.

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El even­to, pre­si­di­do por el reco­no­ci­do actor, direc­tor y artis­ta plá­sti­co Jor­ge Perug­or­ría, es un espa­cio crea­tivo que per­si­gue impul­sar accio­nes en pos de con­ver­tir a esa peque­ña isla en un refe­ren­te regio­nal de trans­for­mación des­de el des­ar­rol­lo local sos­teni­ble y como desti­no cul­tu­ral, turí­sti­co y medio­am­bi­en­tal, declar­an sus organizadores.

Cuan­do el mun­do cla­ma cada 5 de junio, Día Mun­di­al del Medio Ambi­en­te, por la pro­tección del pla­ne­ta en que viv­i­mos, más muje­res toman la pala­bra para decir que sin ellas no es posible.

“Lo más vali­o­so de ese encuen­tro, ade­más de poner el tema en dis­cu­sión, inter­cam­bi­ar y apren­der unas de otras, es que ya se qued­ará este espa­cio como per­ma­nen­te en estos fes­ti­vales. Es muy bue­no, por­que lo nece­si­ta­mos”, comen­tó Vila a SEMlac.

El eco­fe­mi­nis­mo, un movi­mi­en­to social plu­ral reco­no­ci­do como prác­ti­ca polí­ti­ca y cor­ri­en­te de pen­sa­mi­en­to, une el cui­d­ado del pla­ne­ta con el cui­d­ado de la vida.

A la par, sus­ten­ta que exis­te un fuer­te vín­cu­lo ent­re la sub­or­di­nación his­tóri­ca de las muje­res y la explot­ación des­truc­ti­va de la natu­ra­le­za, como par­te de la doble opre­sión a la cual se les somete.

Sin embar­go, no es posi­ble sim­pli­fi­car la prác­ti­ca eco­fe­mi­nis­ta a una sola mira­da, por­que se nut­re de viven­ci­as plu­ra­les, per­so­na­les y colec­ti­vas, como evi­den­cia­ron las panelis­tas en la jor­na­da de inter­cam­bio, que agrupó a un cen­tenar de per­so­nas, la gran mayo­ría mujeres.

Salir del extractivismo

A la ita­lia­na Car­la Vitan­to­nio, repre­sen­tan­te en Cuba de Care Inter­na­cio­nal, le ha toca­do aten­der y auxi­li­ar a no pocas per­so­nas en medio de desas­tres, ent­re ellas muje­res de dife­ren­tes situ­acio­nes econó­mi­cas, color de piel o fe reli­gio­sa, ent­re otras condiciones.

“Las que tie­nen una dis­ca­pa­ci­dad o pro­vie­nen de una cla­se baja son las más afec­ta­das en estos casos”, expu­so como ejemplo.

Cuan­do ocur­re algún even­to climá­ti­co o ambi­en­tal nega­tivo, que tiene una raíz en una mala inter­ac­ción con la natu­ra­le­za, las muje­res se qued­an a cui­dar a las per­so­nas ancia­nas, niñas y niños. Son ade­más quie­nes ela­boran la comi­da, car­gan el agua, ati­en­den a la fami­lia, agregó.

“El eco­fe­mi­nis­mo vale igual­men­te para reco­no­cer que, cuan­do habla­mos del daño que se hace a la natu­ra­le­za, la pri­me­ra afec­ta­da es la mujer; pero pue­de ser tam­bién la pri­me­ra en actu­ar para recup­er­ar una rela­ción de valor con la natu­ra­le­za”, sos­tu­vo Vitantonio.

Igual­men­te, el eco­fe­mi­nis­mo reve­la que el cuer­po de la mujer, como la Tier­ra, es un cuer­po del cual se extrae para la repro­duc­ción y la pro­duc­ción, por­que la cul­tu­ra nos ense­ña que no pode­mos tomar decis­io­nes pro­pi­as, para noso­tras, abundó.

“Por eso pro­pon­go el eco­fe­mi­nis­mo como una fuen­te de refle­xión para con la tier­ra y revo­lu­cio­nar: salir del extra­c­ti­vis­mo y ent­rar en un enfo­que de sor­ori­dad y con­e­xión con la natu­ra­le­za”, apuntó.

En opi­nión de la cien­tí­fi­ca Sil­va­na Bir­chen­ough, de Gran Bre­ta­ña, se tra­ta de poner en valor la fuer­za, capa­ci­dad y gar­ra de las muje­res en la con­vi­ven­cia con la naturaleza.

Como ocur­re con los cul­tivos de ostio­nes en el nor­te de Chi­le, expu­so, que sola­men­te se lle­van por muje­res “capaces de recup­er­ar el recur­so y hacer el tra­ba­jo, pero tam­bién de crear los instru­ment­os, redes de pes­ca, de arrast­re y canas­tos; de crear opor­tu­ni­d­a­des econó­mi­cas”, reflexionó.

Ent­re avan­ces y deudas

En Tur­quía, don­de hace mucho tiem­po se hab­la de ecode­rechos, la aus­tria­ca Petra Hol­ze cree que estas luch­as van por buen cami­no, aun­que aún queda mucho por hacer.

“Tene­mos much­as muje­res en cien­cia y tec­no­lo­gía, en luga­res de poder, pero aún segu­i­mos teni­en­do muchos pro­ble­mas en las comu­ni­d­a­des y en los esce­na­ri­os rura­les, por el regre­so del fun­da­men­ta­lis­mo reli­gio­so a la activ­i­dad polí­ti­ca”, sostuvo.

Para la mexi­ca­na Eleo­no­ra Insun­za, qui­en pre­si­de Cine­ma Pla­ne­ta, el Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de Cine y Medio Ambi­en­te de Méxi­co, las muje­res están a la van­guar­dia en temas ambi­en­ta­les. “No solo por­que damos de comer y bus­ca­mos el agua; sino por­que estamos en este lugar de la natu­ra­le­za, en este hogar que tene­mos que man­te­ner y crear como espa­cio de paz”, reflexionó.

Por vez pri­me­ra el Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de Cine y Medio­am­bi­en­te del Cari­be, Isla Ver­de, aco­gió los “Diá­lo­gos eco­fe­mi­nis­tas”, un espa­cio que lle­gó para qued­ar­se. Foto: Gerar­do May­et Cruz, toma­da de peri­ód­ico Victoria

En Lati­no­amé­ri­ca, los cuer­pos y los ter­ri­to­ri­os siguen sien­do ava­sal­la­dos como en la épo­ca de con­quis­tas y guer­ras, en opi­nión de Flo­ren­cia San­tu­cho, qui­en diri­ge el Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de Cine Ambi­en­tal de Bue­nos Aires, cre­a­do en 2010.

“A pesar de no estar más en la eta­pa colo­ni­al, viv­i­mos hoy una for­ma neo­li­be­ral de ocu­p­a­ción de los ter­ri­to­ri­os y quie­nes los defi­en­den much­as veces son las muje­res de ese lugar, que ponen el cuer­po, el alma y el deseo en con­struir un mun­do más jus­to”, comen­tó y recor­dó a la luch­a­do­ra hon­du­re­ña Ber­ta Cáce­res, ase­si­na­da bajo total impunidad.

Por suer­te, aña­dió, “el eco­fe­mi­nis­mo nos recuer­da que somos par­te de un cír­cu­lo amo­roso de lar­ga data, des­de nuestras ancestras hacia nuestras futu­ras genera­cio­nes” y “el arte y la cul­tu­ra son her­ra­mi­en­tas importan­tes, por­que pode­mos lograr empa­tía con his­to­ri­as aje­nas”, argumentó.

Una rea­li­dad que, igual­men­te, ha vivi­do la cuba­na Kenia Rodrí­guez, de la Tele­vi­sión Ser­ra­na, un proyec­to de pro­duc­ción audio­vi­su­al que arti­cu­la arte y trans­for­mación social des­de las mon­ta­ñas del ori­en­te cubano.

“No tene­mos una señal abier­ta, sino que vamos por las comu­ni­d­a­des haci­en­do nuestras pro­pi­as proyeccio­nes, jun­to al tra­ba­jo comu­ni­ta­rio, en espe­cial con las muje­res y con las fami­li­as”, detalló.

Generar con­ci­en­cia de las opre­sio­nes de géne­ro y del saqueo ambi­en­tal; tra­ba­jar con los hom­bres; pro­mo­ver la eco­no­mía cir­cu­lar y poten­ci­ar las capa­ci­d­a­des, posi­bil­ida­des y recur­sos de cada ter­ri­to­rio se iden­ti­fi­ca­ron como esl­abo­nes nece­sa­ri­os en la apues­ta por con­struir un sis­te­ma más jus­to, equi­ta­tivo y sos­teni­ble para el pla­ne­ta y para la vida.

Vila agra­de­ce espe­cial­men­te al Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de Cine y Medio­am­bi­en­te del Cari­be, Isla Ver­de y a la Fund­ación Anto­nio Núñez Jimé­nez de la Natu­ra­le­za y el Hombre, por haber pro­pi­cia­do y estable­cer ya como per­ma­nen­te estos “Diá­lo­gos eco­fe­mi­nis­tas”, lidera­dos por Palomas.

“No fue un espa­cio más; fue un esce­na­rio de reiv­in­di­ca­ción de una deu­da social importan­te en Cuba, pues no se ve a las muje­res en todos estos espa­ci­os de ries­go”, pre­cisó Vila, qui­en rei­teró el com­promiso de seguir pro­pi­ci­an­do estos debates.